miércoles, junio 07, 2006

DEBATES

1. El RADICALISMO, LA JUVENTUD Y LA EDUCACIÓN

Así como la gran demanda del Radicalismo era abolir lo gentilicio de hecho y desagraviar y reivindicar al hombre del común, a cada hombre, reclamando los fueros de su personalidad política; los jóvenes que que con la Reforma Universitaria fundaban la nueva Universidad y la nueva educación americana, proclamaron en 1918, bajo aquellos auspicios generales, que su propósito esencial era “crear hombres y hombres americanos”. Ahí está el gran programa emancipador: hacer de los ciudadanos hombres; hacer de los estudiantes hombres, no objetos pasivos. Que puedan ser argentinos los hombres y mujeres del pueblo argentino; no elementos automáticos para explotar, no espíritus dispuestos para ser sometidos a la deformación de sus virtudes; que sean rescatados para un auténtico destino nacional, todas las entidades y todos los medios educativos desde el aula hasta el maestro y el estadista. Es siempre perentorio libertar a la política, a la escuela, al colegio, a la Universidad, de todo el coloniaje mental, porque de tal sumisión en estos paises, previene la entrega de su economía, de su política y de su cultura. Los jóvenes de la Reforma creyeron y sostuvieron que era en gran medida mental, es decir, intelectual, educativa, universitaria, la causa de que padeciéramos de una política y una economía deformadas, de que hubiera sido desequilibrado el cuerpo de la Nación y expoliado el patrimonio nacional.
( G. Del Mazo: Historia del Radicalismo )

2. EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN Y EL EMPLEO

Desde el punto de vista oficial la educación ha progresado considerablemente en todos los paises occidentales. Ello es cierto si se consideran los progresos cuantitativos. Pero desde una perspectiva cualitativa es preciso reconocer numerosas deficiencias. En primer lugar sigue existiendo una separación demasiado nítida entre la escuela y la sociedad, y más precisamente entre la educación y la vida social real...
Los retrasos del sistema escolar tienen una influencia negativa directa en el trabajo de los jóvenes. En vez de darles una formación polivalente que los pueda ayudar a adaptarse a los nuevos empleos creados por el progreso tecnológico, la escuela tiende a crear una especialización sin dar a los jóvenes las bases de cultura general que les permitirían adaptarse a las nuevas formas de actividad industrial.
En realidad, a los ojos de la mayoría de los jóvenes el trabajo es importante. Les proporciona un sueldo gracias al cual pueden gozar de autonomía económica y de independencia con respecto a la familia y a la sociedad. Por el contrario el desempleo, al retardar el momento de la autoafirmación, acarrea una prolongación de los conflictos adolescentes. Y prolongando esta situación de dependencia frente a la familia y la sociedad, multiplica los choques con los padres y la rebelión con su entorno.
En los años venideros cabe, pues, esperar una agravación de los conflictos generacionales. Esta agresividad puede expresarse fuera del contexto familiar en forma de conductas asociales.
En esa situación de retraso en la educación y el empleo, el desempleo juvenil debe ser considerado no como una realidad contingente, sino como un problema estructural que expresa una contradicción objetiva y fundamental de las sociedades modernas.

( Franco Ferrarotti – UNESCO – 1988 )

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