domingo, octubre 08, 2006


LA NUEVA VIEJA LUCHA POR LA TIERRA Y POR EL AGUA
Cuando el mundo moderno cree ya superadas las viejas luchas entre pueblos por la conquista de territorios fértiles para su supervivencia y economía, un reciente estudio del británico Centro Hadley sobre el clima, parece indicar lo contrario. No solo no han desaparecido estas luchas sino que hacia el próximo siglo la tenencia de tierras fértiles y agua potable, de continuar las actuales tendencias, será motivo de enfrentamientos y conflictos de carácter global.
Actualmente, el 3% del planeta soporta sequías extremas, lo que convierte a esas áreas en inhabitables. Según este estudio realizado con ordenadores de última generación, al comenzar el próximo siglo, esa superficie aumentará al 30%.
En opinión de algunos observadores, de confirmarse estas evaluaciones, “millones de personas estarán condenadas a muerte”…“habrá migraciones de campesinos a niveles desconocidos hasta ahora, que los países pobres no podrán digerir”…y “no quedará a salvo ningún aspecto de la vida en los países en desarrollo”.
Evidentemente, la propia realidad y la naturaleza nos indican que en este mundo globalizado, una mitad del planeta que tiene la solución para la otra mitad, ya no podrá desentenderse de los problemas de sus vecinos pobres, sino la convivencia en la Tierra puede alcanzar niveles insoportables. La hambruna extrema, la pobreza y la carencia de servicios elementales, pueden mitigarse y hasta solucionarse si los países más pudientes toman una decidida actitud en el cuidado extremo del medio ambiente, el consumo responsable y el reparto equitativo de los recursos y riquezas excedentes.
Ya no es solo una cuestión de sentido solidario entre pueblos, sino de delicado equilibrio para la sobrevivencia de todos.
(rionegroradical-octubre 2006)

miércoles, octubre 04, 2006


FANTOCHADA JUDICIAL

"Si aún quedaban algunas dudas acerca del estado lamentable de la Justicia en nuestro país, el juez federal Jorge Ballesteros se las arregló para eliminarlas al procesar al ex presidente Fernando de la Rúa y al ex ministro de economía Domingo Cavallo, además de dos ex Secretarios, Daniel Marx y Jorge Baldrich, por el llamado megacanje, es decir, por el intento desesperado de reestructurar la deuda pública, que se hizo a mediados del 2001 con el propósito de ahorrarnos las calamidades que produciría un default. Según su señoría, los cuatro sabían muy bien que la operación tendría consecuencias nefastas pero, es de suponer que motivados por su voluntad siniestra de dejar al país en la ruina, decidieron impulsarla aunque “era absolutamente previsible que el país caería finalmente en default y que el escaso tiempo que se compraba aumentaría enorme e injustificadamente la deuda”. También era “absolutamente previsible” que de caer el país en default, los políticos y funcionarios más perjudicados serían De la Rúa y Cavallo, razón por la cual es ridículo acusarlos de haber conspirado para asegurar que el desastre fuera aún mayor de lo que se temía, pero parece que Ballesteros los cree tan malignos que serían más que capaces de sacrificarse a sí mismos actuando como bombas humanas financieras.
Ballesteros ha evolucionado desde el 2004. En aquél entonces falló que el megacanje era a lo peor una decisión política de consecuencias desafortunadas y que por lo tanto no le correspondía juzgarlo, pero en la actualidad entiende que si algo sale mal es porqué los dirigentes responsables lo querían. Se trata de una teoría muy peligrosa. Puede argüirse que el default festivo declarado por el fugaz presidente Adolfo Rodríguez Saa nos costó mucho más que el megacanje, de suerte que, tanto el puntano como los legisladores que lo celebraron como si fuera una hazaña heroica, deberían el resto de sus vidas en la cárcel. Asimismo, no es inconcebible que las generaciones venideras condenen al presidente Néstor Kirchner por pagar de golpe al FMI para depender de los créditos mucho más caros que le facilitaría su amigo venezolano Hugo Chávez. Otros hipotéticos crímenes perpetrados por quienes siguieron el poder a De la Rúa incluyen la pesificación asimétrica, que supuso una transferencia colosal de dinero desde un sector a otro, y la renegociación de la deuda pública cuyas víctimas principales no fueron los banqueros ricos de la mitología oficial, sino ahorristas y jubilados argentinos. ¿Y qué decir de aquellos gobernadores provinciales, encabezados por Eduardo Duhalde, cuyo entusiasmo por endeudarse nos llevó al colapso que sobrevino en los días finales del 2001? Por desgracia, en nuestro país los sucesivos gobiernos han cometido un sinfín de errores económicos costosos que, de aplicarse los criterios reivindicados por Ballesteros, todos sus integrantes merecen ser castigados"...

(Fragmento de la editorial del Diario "Río Negro" del 30.09.2006)