viernes, abril 25, 2008

GREENPEACE:

El principal responsable de los incendios en las islas del Paraná es el Gobierno de Entre Ríos

El 22 de abril el mundo celebra un nuevo Día de la Tierra y en la Argentina lo hemos recibido con los campos en llamas. En este día, en el que deberíamos honrar los incontables beneficios que la naturaleza nos brinda, debemos, sin embargo, hablar de una catástrofe ambiental que ha costado vidas humanas y la pérdida total de ecosistemas por los incendios sin control que todavía hoy arrasan los humedales del Delta.

El principal responsable del desastre es el Gobierno de la Provincia de Entre Ríos, el cual, en menos de un año, otorgó 153 arrendamientos en las islas fiscales en el departamento de Victoria por 110.684 hectáreas destinados a actividades agropecuarias. La responsabilidad también la comparten el Estado nacional, por el modelo agropecuario que respalda y promueve desde los años ’90, y el sector privado, que ha venido actuando con irresponsabilidad y sin límite alguno en la búsqueda de expandir sus ganancias.

La quema de pasturas en el macrosistema de humedales que constituye el Delta del Paraná, tiene como objeto expandir la actividad ganadera que anteriormente se desarrollaba en otras regiones. Esta presión por nuevas tierras para uso ganadero y a expensas de los últimos ecosistemas nativos, se produce por la expansión de la agricultura, monopolizada por la soja, y promovida por el gobierno provincial.

Muchas organizaciones ambientalistas hemos cuestionado la Ley de Arrendamientos que Entre Ríos aprobó a fines de 2004 ya que constituía la llave para legalizar la expansión de la actividad ganadera en la zona de islas. La quema sin precedentes de estas semanas pone en evidencia la gran incapacidad de previsión de la Secretaria de Producción de la Provincia que promovió la Ley, así como también de los legisladores entrerrianos que levantaron la mano para aprobarla.

Greenpeace, Taller Ecologista (Rosario), Fundación Proteger (Santa Fe), Fundación MBiguá (Paraná) y Fundación Ambiente y Recursos Naturales, FARN, presentamos nuevamente un conjunto de medidas que consideramos fundamentales para garantizar la preservación de los humedales del Delta paranaense y los humedales del litoral fluvial en su totalidad.

(Publicado por Greenpeace Argentina)

lunes, abril 21, 2008


VENENOS Y ANTÍDOTOS...

TRIBULACIONES, LAMENTOS Y OCASO DE UN TONTO REY (y/o Reina) IMAGINARIO, O NO...(gracias Charly!...)

Cuentan que un famoso Rey “de un país del que no quiero acordarme...” daba a sus súbditos un misterioso brebaje consistente en un poderoso veneno para el cual disponía de un antídoto que les suministraba posterior y oportunamente.

Naturalmente, uno se pregunta: ¿por qué “tanto correr para llegar al mismo lado”?, o sea, ¿para qué tomarse el trabajo de envenenar el soberano si después se les daba un antídoto que neutralizaba el efecto del veneno?. ¿No nos enseña la ciencia a recorrer el camino más sencillo, esto es, simplificarse la vida y directamente no envenenar a nadie?... Seguramente, el lector que se hace esta interrogante no es argentino... En efecto, un argentino capta rápidamente de que se trata este “tanto correr”: ¡elemental, las personas que reciben el antídoto no son necesariamente todos los que tomaron el veneno!...

Por supuesto, el Rey en cuestión envenenaba a todo el mundo, pero después condicionaba bajo qué términos y a quiénes suministraba el antídoto: debían darle garantías que votarían por él, ya que esta monarquía del cuento era muy especial: allí se votaba al Rey y había Parlamento y todo, aunque éste era solamente decorativo, exactamente al revés de las monarquías verdaderas en donde el Rey es el que está de adorno y en cambio el Parlamento tiene funciones bien claras, entre ellas nada menos que la de gobernar nombrando al Primer Ministro...

¿En qué se parece esta fábula a la Argentina real en la que se imponen retenciones a todos para después darle “reintegros” a algunos y en la que quienes reciben los “reintegros” deben después devolver favores...?. Seguramente en nada, pero no está de más reflexionar que, si el Parlamento tuviera los poderes que le entregó al Presidente, la política impositiva la dictaría el Parlamento y no un funcionario cualquiera sin tomarse la molestia de consultar con nadie. El Parlamento discutiría la política impositiva y otras más, buscándose consenso entre las fuerzas políticas con lo que un paro como el agrario de 20 días sería bastante improbable.

Si existiera el Parlamento, se discutiría también una Ley de Coparticipación Federal, que además la exige la Constitución de 1994, y entonces las provincias que ahora tampoco existen, tendrían sus propios recursos en lugar de rogar por ellos a la presidencia y no tendrían que “tomar antídotos”, simplemente porque no habría “venenos”...

(JUVENTUD RADICAL SALTA CAPITAL - Por Eduardo Antonelli, economista)