miércoles, octubre 04, 2006


FANTOCHADA JUDICIAL

"Si aún quedaban algunas dudas acerca del estado lamentable de la Justicia en nuestro país, el juez federal Jorge Ballesteros se las arregló para eliminarlas al procesar al ex presidente Fernando de la Rúa y al ex ministro de economía Domingo Cavallo, además de dos ex Secretarios, Daniel Marx y Jorge Baldrich, por el llamado megacanje, es decir, por el intento desesperado de reestructurar la deuda pública, que se hizo a mediados del 2001 con el propósito de ahorrarnos las calamidades que produciría un default. Según su señoría, los cuatro sabían muy bien que la operación tendría consecuencias nefastas pero, es de suponer que motivados por su voluntad siniestra de dejar al país en la ruina, decidieron impulsarla aunque “era absolutamente previsible que el país caería finalmente en default y que el escaso tiempo que se compraba aumentaría enorme e injustificadamente la deuda”. También era “absolutamente previsible” que de caer el país en default, los políticos y funcionarios más perjudicados serían De la Rúa y Cavallo, razón por la cual es ridículo acusarlos de haber conspirado para asegurar que el desastre fuera aún mayor de lo que se temía, pero parece que Ballesteros los cree tan malignos que serían más que capaces de sacrificarse a sí mismos actuando como bombas humanas financieras.
Ballesteros ha evolucionado desde el 2004. En aquél entonces falló que el megacanje era a lo peor una decisión política de consecuencias desafortunadas y que por lo tanto no le correspondía juzgarlo, pero en la actualidad entiende que si algo sale mal es porqué los dirigentes responsables lo querían. Se trata de una teoría muy peligrosa. Puede argüirse que el default festivo declarado por el fugaz presidente Adolfo Rodríguez Saa nos costó mucho más que el megacanje, de suerte que, tanto el puntano como los legisladores que lo celebraron como si fuera una hazaña heroica, deberían el resto de sus vidas en la cárcel. Asimismo, no es inconcebible que las generaciones venideras condenen al presidente Néstor Kirchner por pagar de golpe al FMI para depender de los créditos mucho más caros que le facilitaría su amigo venezolano Hugo Chávez. Otros hipotéticos crímenes perpetrados por quienes siguieron el poder a De la Rúa incluyen la pesificación asimétrica, que supuso una transferencia colosal de dinero desde un sector a otro, y la renegociación de la deuda pública cuyas víctimas principales no fueron los banqueros ricos de la mitología oficial, sino ahorristas y jubilados argentinos. ¿Y qué decir de aquellos gobernadores provinciales, encabezados por Eduardo Duhalde, cuyo entusiasmo por endeudarse nos llevó al colapso que sobrevino en los días finales del 2001? Por desgracia, en nuestro país los sucesivos gobiernos han cometido un sinfín de errores económicos costosos que, de aplicarse los criterios reivindicados por Ballesteros, todos sus integrantes merecen ser castigados"...

(Fragmento de la editorial del Diario "Río Negro" del 30.09.2006)

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