HAY QUE ACLARAR...
DIJO EL LECHERO...
El Poder Ejecutivo Nacional (PEN) ha divulgado continuamente, entre muchas otras, las siguientes falacias que deben ser desenmascaradas:
Hay un lockout patronal. Las 4 principales entidades del campo reclaman hoy juntas la disminución de las retenciones porque eso las beneficia a todas por igual. Los demás intereses fueron, son y serán conflictivos. Los grandes terratenientes están representados por
La soja degrada la tierra. La soja es una leguminosa, como el trébol de jardín. Como todas las leguminosas, abona la tierra. Como todos los cultivos, extrae nutrientes de la tierra, aunque menos que la mayoría de ellos. La mejor opción de conservación es rotar los cultivos, especialmente con la ganadería, lo que requiere incentivos o disuasivos apropiados, sobre todo para los que usan la tierra como un bien de capital (caso de los pooles de siembra que el alto valor del dólar fomenta), no como una forma de vida.
El cultivo de soja desalienta el del trigo. Una de las razones que hacen tan rentable el cultivo de soja es que permite doble cosecha, a veces triple, combinándola con la de trigo. Éste se siembra en invierno y cuando se levantó su cosecha, se siembra soja. Argentina produce varias veces la cantidad de trigo necesaria para alimentar a todos sus habitantes. Las retenciones a la soja sobrarían para comprar la totalidad de la cosecha de trigo.
La soja no es un alimento. Tampoco lo es el trigo sin procesar, primero hay que convertirlo en harina. El mayor uso de la soja es como alimento en la ganadería intensiva, reemplazando las grandes pasturas inviables cuando la tierra es cara, como en
La soja es un yuyo que crece solo. El cultivo de soja es el tecnológicamente más actualizado de la agricultura argentina. La semilla transgénica es plantada por máquinas sembradoras que dispensan automáticamente el fertilizante y otros aditivos controlados por GPS. Los yuyos de verdad no se sacan a mano, se matan con el herbicida glifosato, al que sólo la semilla transgénica es resistente. Los porotos son recogidos por máquinas cosechadoras con control (por computadora) de humedad y otras características críticas. Los verdaderos problemas de la soja son otros: no hay seguimiento oficial de las consecuencias de la difusión de los transgénicos (Argentina es el 2do país del mundo que más los usa) ni de los efectos residuales del glifosato sobre los suelos y las personas; no se controla la tala de bosques por rentabilidad (el gobierno de Salta desafectó una reserva natural para permitir sembrar soja); ocupa escasa mano de obra; la alta tecnología usada sólo la hace viable para los grandes productores o los agrupados en pooles de siembra; la agrupación cooperativa de los pequeños productores es inviable porque no hay créditos baratos para ellos. Para dar trabajo agrario abundante hay que fomentar producciones alternativas intensivas en mano de obra, como la fruta fina, lo que no se hace.
Las retenciones sirven para mejorar las condiciones de vida de los más pobres. La reciente decisión de destinar las retenciones a la construcción de hospitales y caminos rurales se pondrá en práctica recién cuando lo recaudado supere el 35% del valor del grano puesto en barco. Actualmente el porcentaje es sólo del 24% y es poco probable, en el contexto actual, que nunca lo supere. Las retenciones se usan para otras cosas, entre las cuales no son un monto menor los subsidios a grandes empresarios para que vendan o presten servicios a precios razonables. Incluyendo las petroleras, a quienes en promedio la extracción del barril de petróleo les cuesta 8 dólares, pero el PEN, con retenciones proporcionalmente mucho menores que las del agro, les permite venderlo a $ 47. Cuando falta combustible, como hoy, no se impone la "soberanía energética", se mantiene una muda complicidad.
Hay que derrotar al modelo agropecuario de país. Buena producción agropecuaria no es lo mismo que un país gobernado por los productores agropecuarios. De hecho, Argentina nunca lo fue, ni siquiera en la época en que éramos el granero del mundo. Los capitalistas de todos los tiempos ganan dinero con el mejor negocio del momento, caso de (salteándose unos cuantos): ganadería vacuna entre 1820 y 1850; ferrocarriles entre 1860 y 1920; frigoríficos entre 1890 y 1930; especulación inmobiliaria en la década de 1880; azúcar entre 1880 y 1930; industria protegida entre 1930 y 1976; comoddities, en especial soja y petróleo, desde 1990 hasta la actualidad. A lo largo de toda su historia, sin excepción, la producción agropecuaria fue la que generó las divisas que hicieron posible importar todo lo que no fabricamos y eso sigue siendo cierto hoy. La producción agropecuaria es nuestra ventaja comparativa por la fertilidad de nuestros suelos y la calidad de nuestras (hoy escasas) carnes.
Soberanía alimentaria. Se afirma que las "retenciones" (en realidad, derechos de exportación) garantizan la "soberanía alimentaria". El derecho a la comida de los aproximadamente 4 millones de indigentes que tiene el país se aseguraría con un sistema de seguridad social, no clientelista (los opositores indigentes también tienen derecho a la vida), que asegure un porcentaje apropiado del costo mensual de una canasta alimentaria básica. Ese monto es aproximadamente igual al de las retenciones a los granos. Claro está, tiene el "problema" de que si se da "indiscriminadamente" se acabó el sistema clientelista de cambiar comida por votos.
Las "retenciones" son atribuciones del Poder Ejecutivo nacional. El art. 2 del proyecto de ley de ratificación de la resolución 125/2008 cita como fuente de esta atribución al art. 755 del Código Aduanero sancionado por ley 22.415 de la última dictadura militar.
Los vivificantes vientos de las discusiones empiezan a disipar las nieblas de las falacias propaladas por el PEN. Los carperos de
(CARLOS E. SOLIVÉREZ (*) - Extraido de www.rionegro.com.ar)